jueves, 11 de agosto de 2011

Mi pedido. Gracias.




Que nadie se moleste, pero yo voy a aprovechar para dejar mi pedido.

Quiero:
Que no exista el Papa, ni las religiones.
Que nadie se tome a chufla la verdad.
Que acabe la crisis. ¡Ya esta bien, cojones!
Que no eche de menos nunca una amistad.

Que se acabe el cuento de los indignados.
Que el futuro sea de Elena y de Juan.
Tener buena suerte al tirar los dados.
Y que a los parados no les falte el pan.

Que cuando la busque, halle una sonrisa.
Que  no se me pierda la tarjeta Visa.
Que nadie me trate como a un tal y cual.

Que si escribo algo, me inspire Sabina.
Que baje ya el precio de la gasolina.
Y que el poema tenga un feliz final.

jueves, 4 de agosto de 2011

De como en estos dias y por estos pagos, hacen falta mas Salomones.



Una vez leí en un libro ( no se si fue en la biblia o en las mil y una noches, el caso es que era un libro de ciencia ficción) una vez leí como digo, una ejemplarizante  fábula en la que entre otros ingredientes, se juntaban valores tales como la verdad, la justicia  y la generosidad del comportamiento humano.
Todo actitudes de las que andamos sobrados hoy dia, vamos.

Quiza ahora, deberia hacer una pausa en lo que escribo e ir a documentarme, para así ser mas fiel a la historia original. Pero como no tengo tiempo ni ganas, escribiré resumiendo por encima y a mi manera, la percepción que yo tengo de aquellos hechos, según recuerdo haberlos leido.

El caso es que parece ser que, hace muchos muchos años, habia un reino en el que aparte de otras obligaciones propias de su cargo, como por ejemplo hacer regatas por el Mare Nostrum, posar como modelo para las monedas de la epoca, o llenarse de orgullo y de satisfacción en “esas fechas tan señaladas”; el rey de aquellas tierras, tenia tambien encomendada la muy dificil y nunca bien ponderada misión de repartir justicia entre sus subditos.

Y parace ser que al hombre no se le daba del todo mal, ya que los subditos le tenian en gran estima y aceptaban de buen grado sus sentencias, pues no hubo jamas ningun atisbo de duda respecto a que el único fin que le movia era el de impartir y repartir justicia.

Como curiosidad os diré que el rey se llamaba Salomón, y era conocido porque ademas de ser rey, tenia unas minas, y una marca de ropa de esquí.

Bueno, a lo que iba, el caso es que una vez se presentaron ante el rey dos mujeres, que vivian juntas (lo de compartir piso para reducir gastos no creais que es cosa de ahora)  y habian tenido cada una de ellas un niño el mismo dia (ya se que es mucha casualidad, pero a los evangelistas autores del relato, les venia bien para la trama) y al parecer, una de ellas al girarse en la cama, asfixió sin querer a su hijo recien nacido  y le provocó la muerte. Cuando se dio cuenta de lo sucedido, y al ver que su compañera dormia en la cama de al lado con su bebé,  intercambió a los niños, quedandose ella con el vivo  y poniendo el cuerpo inerte de su hijo, en la cama de su hasta entonces amiga.

El caso es que cuando ya bien entrada la mañana, la otra mujer despertó (no creais que en aquellas epocas se llevaba mucho lo de madrugar) descubrió el “pastel”. 
Y si bien al principio rompió a llorar ante la inesperada pérdida del que ella creia su hijo, cuando consiguió calmarse un poco, se dio cuenta de que la colega de al lado andaba mirando para el techo, silbando el porompompero  y haciendo como que no sabia de que iba la cosa. 
Y claro, nuestra protagonista, que podia ser antigua pero tonta no era, inmediatamente se dio cuenta de que le habian hecho el tocomocho, y salio corriendo a personarse ante el rey e interponer la oportuna denuncia.

Quiso la mala suerte que el rey no estuviese en palacio en ese momento (habia salido a probar una cuadriga de dos ruedas nueva, y no habia avisado a los escoltas ni nada, aunque eso si, en lugar de corona, llevaba un casco de lo mas discreto, para que no le reconocieran si tenia que parar a recoger a algun otro “cuadriguista” tirado en mitad de la Via Apia, que era como la M40 de aquella epoca) y claro, ante la ausencia del rey tuvo que ser un funcionario el que le tomase declaración a la interesada, citandola en el acto para el juicio que se celebraria al dia siguiente (entonces los juzgados no estaban tan colapsados como ahora, y lo de los juicios rapidos era habitual).

El dia del juicio, hallaronse por fin denunciante y denunciada ante la mirada del rey, quien de un simple vistazo pudo observar que mientras la primera permanecia muda y triste, con la mirada perdida y esperanzada en que al final se hiciera justicia, la otra, la “jeta”, seguia intentando disimular, haciendose la tonta y repitiendo:
 “¿Cá pasao? Quesque yo no m´enterao.
 ¿Qués lo cá pasao?”
 (Al fin y al cabo tenia vocación de artista y de las grandes, como ya se demostró cuando entro al juzgado fumandose un puro  y diciendo ¿Pero que invento es eeeeeeste?)

El rey escucho atentamente la exposición de los hechos (menos mal que fue breve, porque ultimamente, cuando los discursos se alargaban un poco le entraba una modorra que para que) y pidio a cada una de las mujeres un ultimo argumento antes de emitir sentencia.

La madre real se limito a decir: “En verdad os digo señor, que el hijo es mio y eso es lo que reclamo en justicia, nada más”.

La otra, que ante la expectación creada por el caso, vió la oportunidad de ganar no solo al niño objeto del litigio, sino incluso un oscar de esos que se entregaban en el teatro romano, con alfombra roja y muchas antorchas de colorines,  puso cara de Meryl Streep, se echó los cabellos hacia atras, e intentando parecer muy digna le dijo al rey: “Señor, mi verdad es que el niño es mio, y siendo esa mi verdad, es la unica que aceptaré por cierta. Ahora que lo sabeis, en vuestras manos queda obrar en justicia”.

A todo esto, el rey que ya hacia tiempo que se habia olido la “tostá”,  tenia ya elementos de juicio mas que suficientes para saber cual sería su decisión, pero como si dictaba sentencia ya, a los evangelistas se les quedaba corto el relato y además no resultaba suficientemente ejemplar (que a nadie se le olvide que todos estos cuentos, son para que siempre tengamos presente cual es la senda por la que debemos ir sin salirnos del rebaño, y siempre como los corderos, en silencio y camino al matadero) pues el hombre decidio alargar un poco mas la escena y meterle un poco de dramatismo, que eso siempre impacta.

Pusose toda la sala en pie para escuchar la sentencia real, y entonces para sorpresa de todos el rey dijo: “Que me traigan mi espada”.

Mientras uno de los lacayos salío a buscar la espada (que vete tu a saber donde la tenia el rey ya que aquel no era pais de meterse en batallas),  mientras el lacayo la buscaba como digo, en la sala de juicios se iba creando un clima de expectación creciente. 
Y así mientras la madre real que era el vivo retrato de la aflicción sincera, aguarda con la cara entre sus manos el final de aquella pesadilla, la otra,  pendiente de las muchas camarás que estaban siguiendo el juicio, aprovechaba para retocarse el maquillaje (ya se sabe lo importante que es mantener la fachada) y comentaba en voz alta para que todo el mundo la pudiese oir, lo indignada que estaba por esta situación.

A todo esto las cadenas de la epoca estaban emitiendo en directo lo que allí sucedia.

Todas menos tres: 1) TeleExtremadura que estaba dando un reportaje de cigueñas; 2) TeleMadrid que estaba glosando las multiples virtudes y excelencias de la sin par Esperanza, aunque el programa estaba saliendo tan pegajoso que no se sabia si era de información pública o publicidad de algun producto hecho con baba de caracol; y 3) por supuesto la 2 que estaba emitiendo un programa de divulgación cientifica, muy interesante eso si, pero que como se emtia sin publicidad, no generaba dinero para pagar estilistas, y el pobre Eduard que lo presentaba, como todavia no se habian inventado los secadores ni la gomina, salia con unos pelos que a veces hacian dificil saber si era él o la duquesa de alba quien estaba disertando sobre la indivisibilidad de los protones de la materia.

A todo esto, la VIª que si emitia en directo, habia dividido la pantalla en dos, y mientras en una esquina salia el mas famoso conductor de cuadrigas de la época anunciando los muy provechosos negocios (para él y sus accionistas claro) de un conocido usurero cántabro,  en la otra esquina, mantenia la imagen de lo que ocurria en el juicio, eso sí sin audio y poniendo encima a veces un absurdo monitor de tiempos en el que ni dejandote la nariz contra el cristal, eras capaz de ver que leches ponia.

Y luego estaba la cadena estelar de la epoca, la del autobombo, la de las grandes estrellas de la comunicación, la de los despellejamientos públicos, la del insulto gratuito, la del ojo divino que todo lo ve, la que como no puede comprar leones porque salen caros, en vez de mandar a los cuatro frikis a morir en la arena, los manda a una isla a que se los coman los mosquitos, la de la competencia entre programas por ver cual es capaz de tener a mas gente hablando a la vez sin que a ninguno se le entienda un carajo, la de yo soy mejor que tu y te lo demuestro porque grito mas alto, si, esa en que todos estais pensando y que yo no voy a nombrar (al fin y al cabo, esta era epoca de pan y circo, y todos sabeis de sobra a quien me refiero).

Pues en esa cadena, sin interrumpir la emisión en directo desde el juzgado, estaban aprovechando para meter una autopromoción conectando con un tio que estaba en la puerta de una tal Esteban que habia montado no se que Belén en el que evidentemente no podia faltar un Jesús chiquilin, y todo esto a la sombra de un Campanario. 
¿Que qué comian? Pollo Andreita, pollo.

En fin, que la espada del rey no aparece, y esto corre el riesgo de parecerse al dia que el Madrid nos tuvo dos horas esperando que apareciese una porteria. 
Pero finalmente y entre el enfervorecido aplauso de la concurrencia, aparece el lacayo con la supuesta espada, que una vez a la vista de todos, se descubre realmente que de espada tenía poco. Era mas bien un machete un poco grande que provocó que los aplausos se tornasen en pitos y cachondeo, hasta el punto de que uno de Albacete que habia entre el público y que tenia pinta de ser el lider de la muchachada, gritó en voz alta:
¡¡ Hala vete ¡!  
¿Y pa´eso nos tiés aqui esperando dos horas?  
¡¡ Tira pallá¡¡  ¡¡Tira pallá zanguango, que aún te crujo el lomo¡¡
¡¡Pero¿ tu te crees que se le pué ofrecer eso a un rey?¡¡

Y sacandose del bolsillo una espectacular navaja, se acerco al estrado y le dijo al rey:

-Majestad, mie usté que cheira me compré en la feria el año pasao. Es hermosísma ¿ verdad? Y las cachas son de cuerna de gorrino-jabalí. Si le sirve a usted pa su noble proposito, que por cierto, estamos tós deseando conocer, pa mi será un honor.

El rey, que dicho sea de paso era muy campechano, acepto de buen grado el ofrecimiento, le dio una palmadita en el hombro al gañan de la navaja y  acercandose a su oido le dijo; “Si ves al tio de la vara, le das recuerdos de mi parte, hombre”. Y recobrando la pomba y el boato que el momento merecia, ordeno callar a la sala y con voz grave dijo:
“Sabido es que me obligo en repartir justicia, y ante la falta de pruebas que vengan a ratificar la reclamación de las interpeladas, en este mismo momento ordeno y dicto, que se traiga al bebé ante mi presencia, para que yo mismo proceda a cortarlo en dos mitades iguales, y sea despues entregada una de esas mitades a cada una de las supuestas madres. Hagasé asi en justicia”.

Una exclamación sonora (Ohhhhhhhhh) se escuchó en la sala. ¿Seria de verdad el rey capaz de trocear al chiquillo en dos, para hacer justicia?.

En esas estabamos, cuando entre el murmullo general, se alzo la voz del abogado de la madre impostora:  ¡¡Con la venia, señoria¡¡
¿Con la venia, señoria? Pero si eso no se inventaria hasta unos siglos despues, cuando se emita la serie de Perry Mason. ¿Quien narices es este ahora? pensó el rey.

El tipo en cuestión, ilustre y letrado aunque no supiera hacer la O con un canuto, tenía de si mismo la opinión de que sabia mucho de leyes, aunque en realidad, la unica ley que conocia era la ley del embudo, que como todos sabeis viene a decir algo así como: “lo ancho pa´mi y los demas os aguantais con lo estrechito y me dais las gracias”. 

No tenia pretensión ninguna de influir en el juicio, simplemente, buscaba sus quince minutos de gloria ante las cámaras,  usando unos argumentos que se habia encontrado escritos en algún lado, que ni el mismo se creia, y que por supuesto, cambiaba sin rubor, contradiciendose a si mismo cuantas veces hiciera falta, con tal de parecer el mas intelectual de los oradores.

En resumen, que no era mas que el Mocito Feliz de aquellos años, que no tenia utilidad ninguna, absolutamente ninguna, pero siempre acudia dispuesto a salir en la foto.

El rey mandó callar al abogado, que por supuesto, se indignó muchisimo y se puso a gritar consignas radicales y extremistas en contra del poder, de la justicia,  y de todo lo establecido, que por algo el era el mas listo entre los listos y a el no le engañaba nadie, y ademas era anarquista, republicano, anti sistema y radical.
No radical no. 
Radikal, con k, que es más, y está mejor visto.

“Cuanto teneis que aprender de mí” se iba diciendo mientras lo expulsaban de la sala.

Pusieron por fin al bebé ante el rey, y este abrió con un movimiento enérgico la navaja (que como era de siete muelles, hizo cra, cra, cra....y asi hasta siete) y la levantó sobre el cuerpo del niño, dispuesto a cumplir con su sentencia.

En ese momento, todos los presentes en la sala se abalanzaron hacia los bancos de delante, tapandosé los ojos, pero dejando una rendija entre los dedos a traves de la cual no poder perderse nada, que una cosa es aparentar decencia, y otra cosa, quedarse sin ver en directo tal espectaculo y no poder ir contandolo al dia siguiente. 

Las audiencias de las teles se disparaban, y un tal Jorge Javier explotaba de ego, pensando cuanto iba a dar de si este acontecimiento en todos aquellos programas de la cadena en que el ejercicia como sumo sacerdote, siempre bajo el modesto titulo de “El Salvador”.

Comenzó el rey a bajar sus brazos, dispuesto a hundir la navaja en el pecho del recien nacido, cuando de pronto, la madre verdadera, se echó sobre el niño, interponiendo su cuerpo entre su hijo y la navaja, y rota en lágrimas le dijo al rey:

“Deteneos señor, os lo suplico. Renuncio a mi reclamación. Dadselo a ella. Castigadme a mi si os ha parecido falsa mi denuncia. Pero dadselo vivo, por favor”

La otra tonta, que lo unico que habia hecho mientras todo esto acontecia era poner morritos a las cámaras, se levanto de pronto y poniendo la mejor de sus sonrisas se puso a gritar loca de contenta,
¿Ves? Te lo dije, te lo dije¡¡¡¡  ¿Ves como el niño era mio? Si yo no miento. 
Además, una cosa te voy a decir, si se llega a ejecutar la sentencia, y a mi me dan medio niño nada más, no penseis que esto se iba a quedar asi, que mi representante ya estaba negociando para ir a la maquina de la verdad, a que el poligrafo demostrase que yo siempre llevo razón. Y despues a montarme en la noria, claro. Faltaría mas.

A todo esto, la madre de verdad lloraba desconsolada, despidiendose de su hijo, cuando de nuevo volvio a sonar la poderosa (aunque algo gangosa, todo hay que decirlo) voz del rey que dijó:

“Ahora ya tengo la prueba que necesitaba. Ya se que la mujer que ha preferido renunciar a su hijo antes de permitir su muerte, es su madre verdadera. Procédase pues a darle inmediata entrega de la criatura, y oblíguese a la otra parte a indemnizarla con cuatro monedas de oro, por los trastornos causados. Hágase asi en justicia.”

-Muchas gracias majestad, gracias.  En verdad habeis sido justo. Y entregad esas monedas a la caridad, que yo me considero pagada si me dejan vivir tranquila con mi hijo. Gracias.

“Ea pues entonces se levanta la sesión, que me esperan los nietos en Mallorca, y ya voy tarde”

Y colorín colorado.......

Con esto consideraron los evangelistas, que ya era suficiente. La historia tenia de todo, habia buenos, habia malos, y habua moraleja al final. Ya no faltaba nada, ahora solo era cuestion de ir a la editorial y cobrar, que en esta empresa no se hace nada por amor al arte.

Pero con lo que ellos no contaban es con que yo iba a conocer la historia real, y menos aun, con que no me la iba a callar.

Yo se, porque me lo ha contado alguien que lo ha vivido muy de cerca, que al final, como la justicia andaba medio dormida (ya os comenté antes las modorras que le solian dar al rey en los actos públicos) el niño se lo dieron a la impostora. 

Y se que la madre real, que habia visto más de una telenovela venezolana, se metio a trabajar en esa casa, para poder así al menos estar cerca de ese hijo a quien tanto queria.

Era ella quien le acompaño en su dia a dia, en su crecimiento, en sus primeras palabras.
Era ella quien le ponia paños en la frente cuando la fiebre le subia. 
Era ella quien le ayudaba en su aun dubitativo caminar. 
Era ella quien sin mas reconocimiento que la satisfacción que le daba ver el bienestar de su hijo, hacía cuantos sacrificios hiciesen falta, por él.

Y no creais que estaba bien pagada no. 

Los señores de la casa, lejos de valorar lo que nuestra protagonista hacia por el muchacho, lo unico que hacian era tratarla con absoluto desprecio, faltandola continuamente al respeto y atentando contra su dignidad. 
Todo eso siempre desde el pedestal que ocupan los seres superiores, y desde la autoridad que les da pertenecer a la estirpe de los elegidos. (Se comenta que eran primos de Florentino Perez, pero este extremo no lo he podido contrastar)

Esta es la historia real, y a mi me apetecia hoy contarla.

Necesitaba contarla.

Necesitaba hacerle ver al mundo que una cosa son las leyendas, el boca a boca, el a mí me han dicho, y otra muy distinta lo que uno vive en su piel dia a dia.

Y el saber que hasta la mayor de las paciencias se consume.

Que hasta la madre mas abnegada puede terminar renunciando al amor de su hijo si siguen apretandole la soga que le han puesto en el cuello.

Que siempre hay victimas inocentes, pero que si uno quiere conservar su salud mental, no puede permitir que se sigan riendo impunemente cientos de veces y en su propia cara.

Que los que no tienen nada, lo tienen facil, porque solo hay una cosa que tengan que defender: su dignidad.

Que creo que la dignidad de un hombre no se compra. Y que desde luego,  la mia no se vende.

Que hay personas que valen mas por lo que callan que por lo que cuentan.

Y que a veces, uno tiene que intentar sumergirse en la ironia, en el humor surrealista y absurdo,  en el sinsentido de su propia cabeza, con tal de intentar sobrevivir al tsunami.

Pero tambien que a veces, detras del mas divertido de los disfraces, puede haber mucho mucho dolor.

Posdata: Se que lo que he escrito no hay por donde cojerlo, pero que nadie se moleste en buscarle un doble sentido, es simplemente que “como estoy de vacaciones y no tengo nada que hacer”, hoy he decidido explayarme un poquito más de lo normal.

Y una ultima cosa, aqui os dejo el enlace, por si alguien tiene curiosidad por conocer como fue (o al menos así nos lo han contado los” buenos”) la verdadera historia del juicio del Rey Salomón.

lunes, 1 de agosto de 2011

Igual voy contracorriente.

Fuente: Los calvitos.

Hasta ahora no he podido hacerlo, pero hoy me apetece comentar una noticia de hace unos dias, y que según nos cuentan desde mil y una plataformas, era lo mas deseado por todos los españoles desde hace ya mucho tiempo.
Y no me estoy refiriendo a una columna de seis aciertos en la primitiva, no.
Me refiero al anuncio de José Luis Rodriguez Zapatero de adelantar las elecciones, y abandonar así la presidencia del Gobierno.

Oye, y ni por esas se quedan tranquilos los sabios que, sentados como están a la "derecha" del Dios Padre, llevaban tiempo reclamando esta circunstancia para tener así la ocasión de restregarnos a todos los ciudadanos su dignidad, su altura de miras, y su disposición a sacrificarse para convertirse así en salvadores de la patria.

Y digo que no se quedan tranquilos, porque una vez que el presidente ha mostrado su intención de desaparecer de la escena política, resulta que tampoco les parece bien el candidato.
Y que también quieren quitarlo de en medio.
Y yo me pregunto: si se les pudiera pedir a ellos su opinión....¿a quien creeis que elegirían como rival en las elecciones? ¿Quien sería el candidato ideal para enfrentarse a ellos?.
¿A vosotros se os ocurre a quien podrían elegir? A mi sinceramente no.
Estoy convencido de que fuera cual fuera el candidato; hubiese sido elegido en primarias o echando una moneda al aire; hombre o mujer; de la vieja guardia o desconocido; radical o moderado; fuera el que fuera en fin, el acoso y la descalificación serian igual de constantes.

Y eso me parece peligroso. Muy peligroso. Peligroso por que en lugar de un debate de ideas, eso significa que jamas se van a reconocer los méritos al adversario, que se va a instaurar el no porque no, la oposición por sistema, la falta de dialogo, de razonamiento, de tener una real voluntad común de servicio al ciudadano. Y eso me da miedo. Si, miedo.

Siempre he creído que es mucho mas fácil vencer que convencer. Porque para vencer, normalmente basta con tener fuerza, y la fuerza, casi siempre, es bruta.

La fuerza suele ser garantía de poco. De hecho podemos encontrar fuerza entre los ignorantes, entre los malinformados, entre los resentidos, entre los malpensados, entre los egoístas, entre los avariciosos, entre los mesías, entre los que se escudan en la multitud, entre muchos de aquellos en los que difícilmente encontraremos algo de razón,.....incluso en una piedra puede haber fuerza.

Y yo puedo medir mis fuerzas contra una piedra.
Aunque casí seguro que pierdo.
Pero mi razón...mi razón me parece que no voy a poder medirla con la piedra.

Para eso,  para medir mi razón y mi lógica, necesito alguien enfrente con quien debatir, a quien expresar mi punto de vista, al que escuchar, con quien encontrar puntos de encuentro, y después, cuando uno de los dos haya sido capaz de convencer al otro, o mejor aun, cuando entre ambos se haya sido capaz de encontrar un punto intermedio, medianamente convincente para los dos, (sin que eso signifique en absoluto renunciar a defender con firmeza los ideales de cada cual), entonces, como digo, tomar esa posición como punto de partida para cualquiera que sea el proyecto que se quiera abordar.

Que nadie se moleste, porque ya se que igual voy a contracorriente, pero eso a lo que me refiero igual es el tan denostado "talante".

Y volviendo a lo de antes, insisto en que me da miedo pensar que desde las filas de la derecha, no serian capaces de encontrar un buen candidato contra el que que competir. Y reitero que me da miedo, porque o bien significa que pretenden dirigir nuestro país "por la fuerza", o peor aún, que no quieren ni aceptan rivales, que quieren instaurar un "pensamiento único" y que si fuera por ellos, no permitirían siquiera la existencia de la oposición.

Y me parece que en cualquiera de los casos, basta con volver un poco la mirada atrás, y repasar la historia de este país, para estar convencido de que mi miedo, está justificado.